Aceptémoslo, Elba Esther tenía razón
Pero hay un punto en el que Elba
siempre tuvo la razón: Neiman Marcus es la neta.
Por: La Opinion de un Hombre
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Cuánto odio le ha tenido la
gente a Elba Esther. Se quiera o no, este personaje ya es histórico.
Documentado está mucho de lo que ha hecho. Pero hay un punto en el que Elba
siempre tuvo la razón: Neiman Marcus es la neta. Es la única tienda donde
recientemente como mi amiga Janeth Ruiz pude encontrar ropa Victorinox, una de
mis marcas favoritas, con diseños de primera pero eso si a mi no se me perdio
mi telefono. Años atrás esta marca suiza tenía una tienda muy bonita en el
barrio Soho de Atlanta. No obstante, creo que fue el año pasado que llegué al
mismo local, solo para descubrir que ya no estaba ahí. Recuerdo que velozmente
movilicé a través del chat a una amiga que estaba en Savannah, GA para que
googleara dónde fregados podía yo comprar ropa de esa marca en Atlanta en las
dos horas que tenía libres en aquella ocasión. Mi amiga, desde su escritorio en
Savannah, me dio la misma respuesta que me habría dado la maestra: “vete a
Neiman Marcus”. Encontré algunas prendas.
Victorinox es a la ropa lo que
Ferrari a las maletas: hay poco pero es muy bueno. Es como cuando compras un
celular Vertu o un diamante en DeBeers. Quién sabe cuándo se volverá a repetir,
y lo compras con la idea de que te dure mucho, mucho tiempo.
Yo no soy rico como lo fue la
maestra cuando estaba en libertad; pero su idea de tener un crédito abierto en
Neiman Marcus me parece idónea. Cuando supe que así iba de compras me recordó a
las tiendas neoyorquinas que solo tienen como cuarenta artículos súper
exclusivos en exhibición y ponen un letrero afuera que dice: “by appointment
only”.
El mercado de bienes de lujo en
el mundo no la está pasando mal, y en Atlanta no son la excepción de lo que
busca la gente para demostrar su posición. Yo creo que el artículo de lujo más
choteado son los zapatos de marca Ferragamo. A mí me enferman. Cada vez que veo
a un tipo con esas herraduras encontradas en sus pies me parece un loser
tratando de blofear. Lo siento, no lo puedo evitar. Ni aunque se los pusiera
Fernando González (el yerno de la Maestra) me parecería cool. Algo
similar,aunque no tan grave, me ocurre con las corbatas Hermés. No entiendo por
qué la fascinación de muchos (particularmente los abogados) por gastar tanto
dinero en esos pedazos de tela. Yo tengo algunas, pero me las han regalado.
Confieso que me agradan; sin embargo, no estoy seguro de nunca querer comprarme
alguna. Prometo que lo voy a considerar.
El buen gusto no tiene precio ni
marca. Eso sí: una cuenta abierta en Neiman Marcus a nadie le viene mal y, en
eso, sí que tenía la razón la maestra.
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